top of page

James Beck Gordon: legendario baterista… y asesino

James Beck Gordon fue uno de los bateristas más talentosos y solicitados de la historia del rock. Su legado musical es inmenso: fue parte del grupo de músicos de sesión conocidos como The Wrecking Crew, tocó con Eric Clapton, George Harrison, Joe Cocker, Steely Dan, Frank Zappa, Carly Simon, Traffic, y muchísimos más. Su técnica impecable, su sentido del ritmo y su capacidad para adaptarse a cualquier estilo lo convirtieron en una leyenda dentro del estudio.


Sin embargo, su historia es también una de las más oscuras y trágicas del rock. Porque James Gordon, el mismo que coescribió la inolvidable coda de piano en “Layla” junto a Clapton, terminó su vida no como una estrella reverenciada, sino como un asesino condenado.



El genio musical


Nacido en 1945 en Los Ángeles, Gordon comenzó a tocar profesionalmente a los 17 años, y rápidamente se convirtió en un habitual de las grabaciones de la Costa Oeste en los años 60 y 70. Su currículo es asombroso: fue parte de Derek and the Dominos, tocó en el álbum Pet Sounds de los Beach Boys, en All Things Must Pass de Harrison, en Mad Dogs & Englishmen de Joe Cocker, y en decenas de clásicos de la época.


Uno de sus mayores aportes a la música popular fue la melancólica y hermosa coda de piano de “Layla” (1970), acreditada a él, aunque luego se supo que fue inspirada —o directamente tomada— de una pieza escrita por su entonces novia, la cantante Rita Coolidge.



El descenso a la oscuridad


A mediados de los años 70, Gordon comenzó a mostrar signos de enfermedad mental, pero debido a la falta de diagnóstico adecuado y al entorno permisivo del mundo del rock, pasó desapercibido. Sufría de esquizofrenia paranoide y oía voces que lo perseguían, particularmente la voz de su madre, a la que acusaba de controlarlo mediante brujería o manipulación mental.



El 3 de junio de 1983, en un acto de psicosis severa, asesinó a su madre, Osa Marie Gordon, golpeándola con un mazo y apuñalándola repetidamente. Fue arrestado, y aunque se demostró que sufría de una enfermedad mental grave, fue sentenciado a 16 años y cadena perpetua con posibilidad de libertad condicional, ya que la ley de California no permitía la defensa por locura en ese momento.



El final del silencio


Durante décadas, James Gordon vivió en instituciones penitenciarias y psiquiátricas. Pocas veces se hablaba de él, y su nombre fue borrado o silenciado en muchas narrativas oficiales de la historia del rock. Sin embargo, músicos y productores que trabajaron con él siguieron reconociendo su talento extraordinario.


Gordon murió el 13 de marzo de 2023 en prisión, a los 77 años. Su fallecimiento reavivó el debate sobre la salud mental en el mundo de la música, el abandono médico que sufren muchos artistas y la forma en que se construyen (y destruyen) los mitos del rock.



Epílogo


La vida de James Beck Gordon es un caso desgarrador de brillantez y tragedia. Un músico capaz de crear belleza eterna desde la batería, pero al mismo tiempo víctima de una enfermedad devastadora que lo llevó a cometer un acto atroz. Su historia plantea preguntas incómodas sobre el abandono de la salud mental, la negligencia de la industria y el límite entre el genio y la locura.


James Gordon fue un gigante musical. Y también, irónicamente, uno de los casos más tristes del lado oscuro del rock

Productos Rock 101.png
Transmisión en vivoRock 101
00:00 / 01:04

Rock 101 Newsletter

Sé el primero

Genial! Te mantendremos actualizado

© 2025 por Rock101. creado por imandi

  • Instagram Rock101
  • YouTube Rock101
  • Facebook Rock101
  • Twitter Rock101

Media Kit

Anúnciate con nosotros

Contáctanos

bottom of page